El plagio es un término que a través de los años ha tomado mayor relevancia y notoriedad, convirtiéndose en un problema de importancia en todo el mundo, a la hora de producir cualquier tipo de obra, siendo considerado como un hecho éticamente reprochable y que se castiga con severidad. La RAE (2014) define el plagio como aquella acción de copiar lo sustancial de obras e ideas ajenas y tomarlas como propias. 

De acuerdo con Soto (2012), existen diferentes tipos de plagio y estos se dan a partir de la forma. Puede ser autoplagio, que se refiere a cuando un autor copia un trabajo propio que ya había realizado anteriormente; la falsa autoría, que es uno de los tipos de plagio más graves, pues una persona incluye su nombre como el autor de una obra, sin que haya hecho contribución alguna. Por último, está el plagio más común que se da cuando se copian y pegan ideas sin citar correctamente al autor original; cuando se usa un parafraseo inapropiado, se cita una referencia falsa; cuando se fabrican los datos para tratar de ocultar el plagio o cuando se presenta una idea como original, pero realmente fue tomada de otro autor.

Actualmente, las universidades se han convertido en las principales perseguidoras del plagio y toman todas las precauciones posibles para evitar que esto suceda frente a los trabajos que presentan los estudiantes. Entonces, la palabra plagio está presente en todas las indicaciones de un trabajo y se castiga con severidad si el docente tiene dudas al respecto y se comprueba el delito. ¡Sí, delito! El plagio es tan grave que en países como Colombia, se condena y puede ser sancionado con multas y hasta prisión.

Sabemos que luego de leer esto vas a temer cometer plagio y este temor va más allá de una calificación en cero en una materia, pues esta es la penalidad que actualmente están aplicando las universidades, además de iniciar con a la persona un proceso disciplinario. El problema está en que generalmente este plagio es inofensivo, es decir, no se realiza con conocimiento de causa, entonces el miedo de ser sancionado por algo que no se hizo con maldad, incrementa la angustia. Sin embargo, gracias a los avances que observamos en todo lo que hemos aprendido en este proceso, esto ya no es un problema, pues sabemos que existen diferentes programas antiplagio que permiten revisar un trabajo antes de enviarlo y evidenciar el porcentaje de coincidencia con otros documentos. 

Frente a esto Mi Tarea no ha escatimado esfuerzos y decidimos que acabaríamos con la incertidumbre de los estudiantes y también de los asesores frente a acusaciones de plagio. Para esto contratamos un servicio de software llamado Grammarly que funciona para Windows, Mac, Chrome, Safari, Firefox, entre otros. Además de ser compatible con cualquier sistema operativo, estar en la nube y ser un apoyo ideal al momento de escribir, Grammarly es un eficiente inspector de plagio, pues cruza y compara el texto ingresado con 16 mil millones de páginas web y también bases de datos académicas de ProQuest.

El sistema de verificación de plagio Premium de Grammarly destaca aquellas partes que requieren citas y brinda la información necesaria para acreditar adecuadamente las fuentes, además, ofrece comentarios avanzados sobre la escritura, la gramática, ortografía, el estilo del texto, y calcula un puntaje de originalidad general del documento, que es un aspecto que generalmente revisan en los proyectos de grado.

Con esta herramienta, Mi Tarea sigue apostándole a la innovación y al mejoramiento en la prestación de sus servicios. Pon la confianza en esta empresa con la total seguridad de que tus trabajos y requerimientos van a ser realizados bajo criterios de ética y calidad.